SCARFACE (LA VERGÜENZA DE UNA NACIÓN) 2.

SCARFACE (LA VERGÜENZA DE UNA NACIÓN) 2.

WILL H. HAYS MONARCA DE LA MORAL

En 1922 las productoras más poderosas del cine americano fundaron la Motion Picture Producers & Distributors of America (MPPDA) con la idea de que fuera un organismo que coordinara, representara y promocionara la industria poniendo al frente a Will. H. Hays, hasta entonces Director General de Correos, que había sido designado para ese cargo por Warren G. Harding vigésimo noveno presidente de los Estados Unidos de América por haber sido Hays el director de la campaña electoral que le había llevado a La Casa Blanca.

Tras dimitir de su cargo en Correos y a razón de 100.000 dólares al año, Hays fue la cabeza visible de la MPPDA que por un lado quería renovar la imagen de la industria fílmica después del escándalo surgido a raíz de la violación y asesinato de la actriz Virginia Rappe, (siendo acusado Roscoe Arbuckle) y por otro lado satisfacer peticiones que venían principalmente de grupos protestantes que reclamaban una censura federal de las películas.

Hays tenía que convencer al consejo censor del Estado de que no censurasen ciertos filmes inmediatamente, y reducir el coste económico que provocaban los cortes y las ediciones del consejo; ya que los estudios tenían que pagar tanto por el metraje eliminado, por cada intertítulo editado, como por los costes de duplicar y distribuir diferentes versiones de cada película censurada para el estado o estados que se sumaran a la decisión de un consejo en particular

Hays intentó reducir gastos a los estudios (aparte de intentar mejorar la imagen de la industria) aconsejando a estos cómo producir películas reduciendo la posibilidad de que esta fuera cortada. Cada consejo tenía criterios en secreto y Hays tenía que intuir lo que cada uno de ellos admitiría o no, desarrollando unas pautas que llamaba “Los no y los ten cuidado”. Pese a todo, sus esfuerzos en el preestreno y la autocensura fueron estériles a la hora de aplacar las peticiones de censura federal.

Los principios generales del llamado Código Hays eran estos :

1.  No se producirá ninguna película que rebaje los principios morales de aquellos que la vean. Por consiguiente, nunca se debe dirigir la simpatía del público hacia el lado del crimen, el mal o el pecado.

2.  Se presentarán los principios de vida correctos, sujetos solamente a los requisitos del drama y el entretenimiento.

3.  La ley, natural o humana, no será ridiculizada, ni se creará simpatía hacia su violación.

Aunque este código no tuvo efectos oficiales hasta el 1 de julio de 1934 ya se aplicaba con fuerza en 1930 y Scarface, lo sufrió particularmente por varios motivos:

Uno de ellos era que se viera que la industria condenaba la popularidad que rodeaba al gansterismo, especialmente a los cabecillas más renombrados como Capone, Luciano o Johnny Torrio; otro era la notoriedad, (y por tanto la repercusión pública que todo esto tendría) tanto de Capone, figura que inspiraba al protagonista de la cinta, como de Howard Hughes, joven magnate con su propia productora que era algo que no gustaba a las grandes compañías que eran los principales soportes de Hays; amén de el hecho de que Hughes fuera un playboy con múltiples aventuras con actrices cinematográficas no fuera del gusto de los consejos adalides de la moralidad.

Con todo esto, la MPPDA estuvo muy atenta desde la escritura del guión, quizás por eso, existen diferencias entre este y la novela sobre todo en lo que se refiere a lavar la imagen de la policía, ya que en la novela se narra que gran porcentaje de la plantilla policial está bajo nómina de las bandas.

      Lo que sí es seguro que impusieron, a través de el representante de aquel organismo Jason Joy, que se borrara del guion cualquier glorificación a Camonte, personaje sobre el que no debía recaer ninguna virtud positiva, ni siquiera la valentía, algo que al final de la película queda en clara evidencia, previo acorralamiento de la policía comandada por Ben Guarino, algo que también se implantó. Amén de un prólogo moralizante (curiosamente en contra de la ineficacia del gobierno) y un discurso en el mismo tono de un personaje.

      Después del rodaje y vista una copia por los censores estos instaron a Howard Hawks a que manufacturaran otra versión con un prólogo más largo que la anterior y un nuevo final con el Guarino triunfante y el Camonte aterrado (algo a lo que se habían resistido) antes de ser acribillado espasmódicamente por proyectiles policiales.

       Dicha versión tampoco agradó a la Santa Inquisición Cinematográfica con lo que se rodó un tercer final en el que Camonte era ahorcado, imponiendo también los sobrenombres de The Shame of a Nation, Scar on a Nation, The menace entre otras, quedando registrada la primera de todas ellas. Después de esto y alguna orden más, Howard Hughes se encontró con la prohibición del film en el Estado de New York rehusando utilizar el ahorcamiento enfrentándose contra los censores teniendo en ese momento a Hays de su lado, (que temía que la industria hollywoodiense perdiera poder en manos de los censores) y a gran parte de la prensa.

Después de la publicación de un alegato de Hughes en pro de la libertad de expresión en la prensa se consiguió que la película se entrenase con la versión del ahorcamiento, pero proyectándose mayoritariamente la versión con Tony acribillado.

Mención aparte merecen varios hechos:

Primero: Mientras todo esto pasaba Capone fue declarado culpable de evasión de impuestos, siéndole concedida la libertad en 1939.

Segundo: Constatar que pese al férreo control de la MPPDA, lo curioso que resulta que sorteara todas las barreras censoras la tóxica relación entre Tony y Cesca. Relación basada en la (supuesta) relación incestuosa de Lucrecia Borgia con su hermano; detalle de guión que todos los guionistas de la película se atribuyeron como mérito propio y del que nunca se clarificó quien fue el verdadero participe del hecho. Y si bien es cierto, que aunque nunca he visto en los diversos visionados que he hecho de la cinta un incesto claro, también lo es que Tony pierde los estribos cada vez que ve a Cesca en brazos de otro hombre, llevándole a asesinar a su hombre de confianza Guino Rinaldo y teniendo un diálogo con su hermana en un pasaje anterior a este hecho, en el que hablan después de que Tony haga huir a un ligue de Cesca:

Soy tu hermano.

A veces no lo pareces.

   ENTRE X ANDA LA MUERTE

Scarface (1932) es sin duda una película para muy cafeteros (como servidora) queriendo decir con esto que no es película para recomendar alegremente, de esas que vas andando por la calle y le dices a alguien con el que te encuentras:

-Te recomiendo que veas Scarface. La original, no la de Pacino.

-¡Vete a mamarla, capullo!

Y digo esto por que (aparte de estar algo perjudicado mentalmente) si no te gusta  ni el cine clásico en blanco y negro, ni el cine negro, esta te lo pone aún más difícil, ya que al ser una película inmediatamente posterior al cine mudo se ve muy arcaica tanto en el sonido (con cierto ruido) como visualmente; ya desde ese primer plano en el que vemos una farola en primer término con un cielo y con un escenario que claramente es un plató y que te retrotrae a una época incluso anterior a la filmada.

Que eres de los raritos (como servidor) que disfrutan del B/N, sobre todo de esos blancos y negros en los que las sombras reinan, disfrutarás con las luces y las sombras creadas por Lee Garmes y L. William O’Connell encargado de la segunda unidad.

Ciñéndonos brevemente al titular de foto, el citado Garmes (1898-1978) decir que dirigió la fotografía de películas míticas como Marruecos (1930), El expreso de Shanghai (1932)(Óscar en 1933), Lo que el viento se llevó (1939) (no acreditado), Duelo al sol (1946) y El proceso Parradine (1947) entre muchas otras.

Garmes también tuvo mucho que ver en una idea que pergeñaron Ben Hecht y Howard Hawks: incluir una X en muchos momentos, muchas veces previos a una muerte. Esta idea estaba originada por una costumbre de la prensa en la que señalaban con una X la situación del cadáver en las fotografías de crímenes, e inspirada por la marca que tenía Camonte en el lado izquierdo de la cara. De esta manera podemos ver cruces hechas con sombras, con haces de luz blanca, en aspas de ventiladores (como cuanto Tony se dispone a matar a Lovo), en tirantes, tanto de hombre como de mujer (cuando Cesca baila ante Guino), en cruces de madera como puntales de un techo (una por cada muerto) en un escenario en el que se dispararán a siete personas (en clara referencia a la famosa matanza del día de San Valentín), siendo muchas otras de las que aparecen más cruces funerarias que X.

Este detalle/juego es algo que puede pasar desapercibido en un primer visionado, pero que en otros posteriores y ya teniendo este dato presente se convierte (para mí) en un juguete de primer orden para entretenerse, admirar, y disfrutar.

REPARTO E IMPRESIONES FINALES

Paul Muni (1895-1967) nacido en Leópolis, actual Ucrania, encarnó otros personajes relacionados al de esta cinta, como James Allen, preso injustamente encarcelado en Soy un fugitivo (1932), o Eddie Kagle mafioso enviado al infierno en la comedia fantástica El diablo y yo (1946) junto a Claude Rains como el demoniaco Nick; pero también a otros personajes como el de Pasteur en La trágica vida de Louis Pasteur (1936), por el que ganó el Óscar, o su encarnación como Emile Zola en La vida de Emile Zola (1937). Pero sin ninguna duda su papel más  celebrado (u odiado depende de a quien se le pregunte) es su encarnación de Tony Camonte.

Antonio Camonte, (como aparece en el letrero del despacho que usurpa a Johnny Lovo), es un ser ambicioso, despiadado, obsesionado con el poder, que no sacia nunca su sed de codicia, y que disfruta matando; sólo declina esta labor cuando tras salvarse del intento de asesinato ordenado por Johnny Lovo, decide vengarse de él como hacen los jefes, ordenándoselo a sus matones, que en este caso dicha labor recae en las manos (o en el revolver) de Guino Rinaldo.

Es su interpretación intensa, excesiva, enérgica y a ratos demasiado teatralizada, (no nos olvidemos tampoco que es uno de los primeros films del sonoro) pero ya es imposible que pueda imaginarme a este Camonte con otros rasgos que no sean los rasgos simiescos de Paul Muni o Paul Moni (como dice un buen amigo mío).

George Raft (1901-1980), es Guino Rinaldo, mano derecha de Tony, repeinado, elegante, mujeriego; hasta tal punto que cuando hace recortables tienen forma de mujer (a la vez que ligera y simbólicamente recuerdan a una X) y que juega a lanzar una moneda al aire. Detalle quizás inspirado porque ciertos matones dejaban una moneda en las manos de los cadáveres en señal de desprecio y quizás asignado a Raft para que su presencia de tipo rígido con brazos inertes fuera más magnética.

   Esto último fue conseguido, siendo Raft un icono de la cultura popular americana (sobre todo en los 30) protagonizando muchos films, (varios de ellos con Bogart como secundario) y su gesto de la moneda imitado y parodiado (hasta por él mismo en films y shows de tv) en Cantando bajo la lluvia y Los Simpson. A partir de la siguiente década su éxito descendió consiguiendo una cuestionable fama sus decisiones de no interpretar roles como los de Bogart en El último refugio (porque no quería que muriera) y en El halcón maltés, (por no querer trabajar con el director novel John Huston) o el de Fred Mc Murray en Perdición.

    Ann Dvorak (1911-1979) es Cesca, la joven y díscola hermana de Tony, sin más pretensiones que salir de fiesta y conocer hombres, y posterior esposa/viuda de Guino.

Boris Karloff (Londres 1887-1969) es Tom Gaffney, líder de la banda opuesta a la de Camonte y asesinado en una bolera después de hacer un pleno y anotarse una X.

Karen Morley, (rol que interpretará Michelle Pfeiffer en la versión del 83) es Poppy la novia de Lovo atraída por Tony cuando este sube a la cumbre gansteril.

Osgood Perkins(1892-1937) padre del icónico Norman Bates, Anthony Perkins es Johnny Lovo, jefe de Camonte, hasta que digamos, deja de serlo.

Por último, destacaremos a C. Henry Gordon como el rudo Inspector Ben Guarino,  y a Vince Barnett (Angelo) como (supuesto) alivio cómico; siéndome muy largos y fuera de lugar, los números cómicos de este, sobre todo los transcurridos en escenas de tensión como la del tiroteo en el restaurante y la del asalto a la casa de Tony.

Ya concluyendo, decir que Scarface con su estética claramente heredera del expresionismo alemán (como la tendrán los próximos films del cine negro americano, género que será inaugurado en 1941 con El halcón maltés) con la puesta en escena de Hawks, con su brío y frialdad en las escenas de violencia, con sus encuadres, con su imaginación y con su corta duración hacen de esta película un caramelito ideal para esos muy cafeteros en esto del cine negro.

¡Un abrazoooooo!

Sin duda, otra de las grandes películas de Howard Hawks.

Proximamente hablaremos del otro Scarface.

Fuentes: Hollywood Babilonia (Kenneth Anger)

Los vikingos/Scarface (Javier Coma) Colección Dirigido por:


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Autor del artículo

Sr. Ros

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Comentarios

1 comentario

  • Pablingo dice:

    No soy muy cafetero de este cine negro tan clásico, como dices. Recuerdo haberla visto sin disfrute. Pero el artículo me ha parecido muy interesante y bien escrito. ¡Muy curioso eso de las X anticipatorias!

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