SCARFACE (LA VERGÜENZA DE UNA NACIÓN) 1.

Paul Muni como Tony Camonte visto por el Señor Ros. (Me encanta hablar o escribir de mí mismo en tercera persona).

Si en los actuales años 20, la guerras de Ucrania-Rusia e Israel-Gaza, el feminismo, el acoso escolar , la diversidad de género (entre otros temas) acaparan titulares teniendo su reflejo en el imaginario audiovisual, podemos decir sin rubor, que los tipos duros con o sin los calzoncillos por fuera, y las hostias como panes trufadas de efectos especiales mantienen su hegemonía en lo que concierne en arrastrar a la gente en masa (bueno, masa, masa…) a las salas de cine, o al sofá para disfrutar de una película.

Pero en los pasados años 20, los de la Gran Guerra, La ley seca, la Gran Depresión y el Crack del 29, uno de los géneros que eclosionó, triunfando en los años 30, era ese en el que tipos con sombrero, armados con pistolas o ametralladoras disparaban a diestro y siniestro con el sano afán de hacerse más ricos que Bad Bunny o cualquier otro delincuente musical de los de ahora (sí, soy un señor de mediana edad que se caga en el reguetón y en el trap mil ciento treinta veces al día).

SINOPSIS

Scarface transcurre en plena Ley seca, y narra el ascenso de Tony Camonte, un gángster despiadado que ambiciona todo lo que ostenta su jefe Johnny Lovo, a quien considera un blando y a quien quiere derrocar y superar en poder. Esta trama está entrelazada con la posesiva relación con su hermana menor Cesca, la atracción de esta hacia Guino Rinaldo, lugarteniente de Tony y la tenaz persecución ejercida por la policía de Chicago a Camonte y su banda.

Edición de la novela con Capone en la portada como reclamo.

FABRICANDO UN GUIÓN

Las pantallas servían de espejo a la multitud de novelas y relatos de gángsteres que se publicaban en las revistas pulp, que a su vez eran el reflejo del auge de las bandas armadas que campaban a sus anchas por las calles desde hace años.

Cambio de reclamo portadil o:
¿Qué más da que cambiemos a Montana por Camonte?

Una de aquellas novelas fue Scarface publicada en 1930 por la editorial E.J. Clode, Inc. y escrita por Armitage Trail, nacido como Maurice Coons, y del que se cuenta que debido a lo abundante de su producción usaba multitud de seudónimos cuando publicaba sus relatos en las revistas anteriormente mencionadas. Lo cierto, es que el único alias que se sabe que usó a ciencia cierta es este de Armitage con el que publicó dicha novela y The thirteen guest (El huésped número 13) que también tuvo adaptación cinematográfica en el 1932 con Ginger Rogers como protagonista.

El bueno de Maurice o Armitage, (como se prefiera) desarrolló una pasión por la escritura que le llevó a dejar la escuela a los 16 años, y que posteriormente desplegó una obsesión por los gángsteres que le llevó a vivir en Chicago relacionándose con pandilleros (y supuestamente asociado con bandas locales sicilianas) en pro de recabar ideas para su futura novela.

Tras esto y con 25.000 dólares en el bolsillo por vender Scarface, Coons, quién hasta entonces había estado sin blanca, se mudó a Los Ángeles a disfrutar del lujo con chófer y mayordomo incluido. No por mucho tiempo, porque en el mismo año (tras recolectar kilos y una adición al alcoholismo) murió de una insuficiencia cardíaca en el Grauman’s Chinese Theatre.

Howard Hughes. Sí a este señor encarnó Leonardo Di Caprio en El aviador.

Un Howard Hughes de menos de 25 años al frente de su productora Caddo Company había sido el autor de desembolsar el fajo de billetes antes nombrado al (a punto de serlo) malogrado Coons o Trail. Hughes que había producido entre otras el la película ganadora del premio de la Academia en el 1928 Compañeros de armas (Two Arabian Knigts-1927) estaba produciendo la que no sabía que iba a ser su última película para la Caddo.

La cicatriz originaria de la de Camonte y Montana.

A estas alturas no hemos mencionado que la novela estaba muy inspirada en la figura de Alphonse Gabriel Capone (1899-1947) quizás el gangster más famoso de la época  en la que el alcohol estaba prohibido y conocida con el sobrenombre de La Ley Seca. Maurice Coons quien no había conocido a Capone durante su estancia en Chicago había bautizado a su personaje con el nombre de Tony Camonte en un intento de no confirmar abiertamente que Camonte estaba claramente inspirado en un Capone al que todo el mundo conocía como Scarface.

Dicho esto, decir que el periodista del Daily News y autor de una biografía sobre Capone, Fred D. Pasley fue el primero en ser contratado en las labores de escritura por ser considerado una autoridad sobre Alphonse y para adaptar la novela a libreto introduciendo veracidad a unos sucesos que estaban muy frescos en la memoria del ente colectivo, aunque finalmente no fuera acreditado.

El segundo en ser pescado fue William Riley Burnett, autor de la novela Little Caesar (adaptada al cine en 1930) que también contaba con un mafioso como protagonista y que fue reclutado a razón de 2.000 dólares a la semana.

Esta novela tuvo adaptación con G.Robinson como el pequeño César.

Howard Hawks no quedó satisfecho con el guion de W.R.B así que decidió llamar a Ben Hecht el llamado Shakespeare de Hollywood y guionista a su vez del seminal film gangsteril Underworld (La ley del hampa) para arreglar el trabajo de Burnett, a razón de 1.000 dólares diarios de lunes a viernes durante dos semanas, en los que el escritor se encargaría de bosquejar la historia, diálogos incluidos, pero sin dejarlo como guion definitivo. Hecht declaró en varias entrevistas que cuando llegó al despacho que le asignaron en el estudio, tenía entre 12 y 13 guiones esperando en la mesa. Queriendo decir, que el desbarajuste en la confección del guion antes de su llegada había sido de marca mayor.

El tío Ben está que echa humo en la foto.

Después de Hecht le tocó el turno a John Lee Mahin y a Seton I. Miller; siendo Miller el que adaptaba a secuencias el relato de Hecht, y Mahin el encargado de adaptar los diálogos a las secuencias, estando los dos a su vez muy vigilados por Hawks, quienes a su vez estaban muy vigilados por Hays; pero de eso hablaremos en el siguiente artículo al que titularemos Scarface (The shame of a Nation) Parte II para no dar lugar a confusiones, que luego hay quejas en www.podcaliptus.com y no queremos más que felicitaciones, abrazos y alguna botella de alcohol destilado.

¡Un abrazo!

De este señor tan seductor hablaremos detenidamente en el artículo siguiente.

Fuentes consultadas:

  • Wikipedia (como no)
  • Libro Los vikingos/Scarface (1.996) de Javier Coma. Perteneciente a la colección Dirigido por.

LIBRO RECOMENDADO POR PODCALIPTUS PORQUE “MOLA ARMA DE CLÉRIGO”, ES DECIR, “MAZO”. Disponible en físico en la editorial o desde la librería que prefiráis. El PDF es Creative Commons, podéis pedírnoslo sin problemas.

Autor del artículo

Sr. Ros

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