“En el rodaje de Lady Terminator todo el mundo estaba fumando porros en el plató. A la gente se le iba la pinza, no sé como consiguieron hacer algo” (1) Estas declaraciones son de Barbara Anne Constable, protagonista de la magna obra que les acercamos hoy, las cuales nos ponen en la pista de la joya fílmica frente a la que nos encontramos.
James Cameron había revolucionado cuatro años antes el cine de acción con su The Terminator, popularizando una mezcla de géneros (el slasher con la —reconocida— influencia de Jonh Carpenter y Halloween, así como los viajes en el tiempo con la posible —no reconocida— influencia de Harlan Ellison) y de paso dando el impulso definitivo a la carrera de Arnold Schwarzenegger. Los éxitos, bien sabido es, arrastran una legión de imitadores y este caso no fue una excepción. Desde Italia vinieron alguna de las más famosas y celebradas por su capacidad de hacernos carcajear ante situaciones o diálogos absurdos como la The Terminator 2 de Bruno Mattei, que aunque en su ¿trama? copia más a Aliens (en Venecia, qué maravilla, mamma mia) que a la peli del robot asesino, usó el juego sucio de título y carátula para que muchos picáramos pensando que era la esperada continuación de la peli de Cameron.
Sin embargo en este cine de explotación hay algún tesoro más oculto como Lady Terminator (1988), al menos en España donde parece que no se distribuyó (2) de modo que cuando aparece frente al amante de la comedia involuntaria provoca una algarabía indescriptible. Esta maravilla nació de la unión de fuerzas del empresario textil indonesio Ram Soraya a quien en algún momento le dio por ponerse a producir películas, y el director H. Tjut Djalil, quien también usaba el nombre Jalil Jackson “pa” despistar en el mercado internacional (3). Estos dos contrataron a una ex chica Penthouse (edición Australia): la mencionada Barbara Anne Constable, quien se desenvuelve en su único papel de acción, bueno, en su único papel en cualquier cosa al margen de salir antes en una peli china de la que no recuerda el nombre, con una profesionalidad digna del propio Gobernator. Y lo digo en serio, de modo que con todo lo que sucede a su alrededor, la cosa es aún más descacharrante.
En primer lugar, los truhanes de esta producción le prometieron que solo se iba a distribuir en el mercado indonesio. Mentira podrida, porque luego la cinta se vendió por todo el mundo, en una estrategia de engaño digna de Geodfrey Ho cuando hacía firmar a Richard Harrison por UNA peli de ninjas y luego con un creativo corta-pega lo hacía aparecer en media docena. Esto lo descubrió Constable cuando muchos años después le dio por buscar su nombre en internet y se dio cuenta de que se había convertido en una estrella de culto del mercado cinéfilo trash en todo tipo de países anglosajones. Imagínense su cara.
Y bueno, ¿qué podemos contar de la trama? Ja ja ja la “trama”, veamos lo que dice la Wikipedia en su versión inglesa:
“La Reina del Mar del sur, una antigua deidad de sexo, seduce hombres y se acuesta con ellos antes de utilizar una serpiente que reside en su vagina para devorar sus penes”.
(Entrada Lady Terminator)
En efecto, los perpetradores de esta película usan mitología del Pacífico sur (Nyai Roro Kidul) para convertir una deidad que posiblemente represente el carácter imponente de los océanos en una señora que corta penes porque no la satisfacen (sí) y al señor que le provoca un orgasmo (yes) lo maldice (¿?). Hasta aquí risión, pero este concepto inicial es aprovechado para que más o menos cien años después una antropóloga (Constable, cuyo personaje dice “I am not a lady. I am an anthropologist” en una de las frases más recordadas) acabe poseída en una de las muchas escenas en las que aparece casi desnuda —o sin el casi— por el espíritu de la Reina, lo que la convierte en efectivamente en una Terminator (estética y manejo de armas automáticas incluidos) para cargarse a una descendiente (Claudia A. Rademaker) del amante maldito, fusilando de paso no solo a una cantidad de gente que haría palidecer a Schwarzenegger, sino a casi todas las escenas importantes de la película de Cameron, como la de la discoteca, la de la comisaría, la del amorío Sarah Connor-Kyle Reese, o la de la persecución final. Pero de un modo más desmadrado, con líneas de guion absurdas y con personajes a la altura de los de R.O.T.O.R. Es decir, que jugamos en las ligas superiores del cine malo que a la vez es (muy) divertido.
Por todo ello, para los amantes de este tipo de filmografía, la cual no tiene tanto que ver con la técnica sino con el uso aprovechado de esta para copiar grandes éxitos comerciales, sin que la falta de medios les hagan dudar en rodar y rodar (como dice la canción) de modo que el resultado final sea una divertidísima sucesión de escenas y situaciones sin sentido, Lady Terminator es de visión obligada. No se arrepentirán y por otro lado resulta digno de reconocer el trabajo de gente como Constable, quien hizo de especialista en todas sus escenas de acción (y viendo el gusto por las explosiones de esta gente, algún contacto tendrían con algún empresario de la dinamita, raro es que no le pasara nada más que alguna quemadura leve y un cristal que se clavó en su pierna teniéndola fuera de juego un mes) poniendo su granito de arena para que más de 30 años después el mundo sea un lugar un poquito más feliz. Es fácil de ver (en el portal sin ánimo de lucro archive.org se encuentra, aunque en inglés sin subtítulos, adjuntamos el enlace).
Y si nos queréis escuchar mientras vemos la peli, comentamos más cosas, con el siguiente reproductor podéis hacerlo y también descargar el podcast gratuitamente:
(1) On the making of Lady Terminator everybody was smoking joints on the set, people were off their nuts! I don’t know how they got anything done. En su ficha de IMDB, traducción propia.
(2) La película, tras alcanzar estatus de culto en algunos países, ha sido editada en DVD por Mondo Macabro con algún contenido adicional, aunque parece que sin doblaje ni subtítulos al castellano.
(3) El director tiene una filmografía excelsa para el disfrute del cinéfilo que busca rarezas, pues Mystics in Bali (1981), Misteri Janda Kembang (1991) o Dangerous Seductress (1992) tienen también cierto estatus de culto.
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional.
¿QUIERE SABER MÁS?
—Película en el portal de preservación sin ánimo de lucro archive.org
https://archive.org/details/lady-terminator-1989
—Artículo sobre Godffrey Ho, este truhán sobre todo “trabajó” ninjas en una filmografía de más de cien películas. Bravo:
—Entrevista con Barbara Anne Constable (en inglés).:
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Actualización: se incluye en el artículo el podcast que grabamos yo y Bor mientras veíamos la película y nos echábamos unas risas, claro 🙂