el salario del miedo

El salario del miedo – Novela de Arnaud vs. película de Clouzot

El salario del miedo (Le salaire de la peur) es una novela del escritor francés Georges Arnaud publicada en 1950. Fue la primera novela del autor y su mayor éxito. Al poco de llegar al mercado, el director francés Henry-George Clouzot adquirió los derechos para llevarla al cine. Cuenta la leyenda que Clouzot se adelantó por poco a Hitchcock, también interesado en plasmar el libro de Arnaud en imágenes y sonido.

La adaptación cinematográfica de Clouzot (El salario del miedo, 1953) es la más fiel a la novela y la más memorable, pero no la única. En 1958 apareció una versión americana bajo el título de Violent road. Se trata de una película plagada de momentos de humor involuntario que anticipa (suponemos que sin querer) el espíritu de Aterriza como puedas y derivadas. Más tarde llegó Carga maldita (Sorcerer), llevada a cabo por William Friedkin en 1977. Este es un film maldito donde los haya (guiño, guiño), lastrado por las numerosas dificultades de rodaje, montaje y promoción. Y en 2024 se llevó a cabo una nueva traslación francesa en forma de film genérico de acción, de mismo título que la novela.

(En este episodio de Podcaliptus bonbon comentamos las cuatro películas arriba mencionadas y la novela)

El mismísimo MacGyver también se las vio y deseó para conducir un camión cargado de nitroglicerina en Fuego infernal (Hellfire), octavo episodio de la primera temporada de la serie de TV (1985). Es especialmente memorable el momento en que el hábil Mac repara el motor de un camión valiéndose para ello del muelle de un bolígrafo.

El salario del miedo
El salario del miedo, de Georges Arnaud – Imagen propia.

Georges Arnaud, autor de El salario del miedo

Georges Arnaud nació en Montpellier durante la Primera Guerra Mundial (concretamente en 1917). Su nombre real era Henri Girard. Vino al mundo en el seno de una familia acomodada que poseía su propio castillo en la campiña francesa.

A los 9 años la madre de Arnaud murió de tuberculosis, enfermedad que él también padeció. En su época colegial el muchacho destacó especialmente en materias que tenían que ver con las letras y la literatura. Su adolescencia y juventud se vieron empañadas por la mala relación que mantuvo con su padre. A los 21 años el enfrentamiento entre ambos fue a más cuando Arnaud se casó sin el beneplácito paterno.

Al poco de empezar la Segunda Guerra Mundial, Francia fue ocupada por los alemanes. El gobierno de adoptó una postura colaboracionista con los nazis. Las discrepancias respecto a la política nacional aumentaron aún más las fricciones entre padre e hijo. El joven no comulgaba con el colaboracionismo estatal, a diferencia de su progenitor.

En 1941 Arnaud, de 23 años, pidió auxilio económico a su tía (hermana de su padre). La llamada de socorro se debió a que estaba retenido por los alemanes y estos exigían un rescate, afirmó Arnaud. Pero era todo una patraña. Se cree que en realidad lo que hizo con el dinero prestado fue destinarlo a la Resistance francesa. Esta jugarreta enrareció todavía más la espinosa relación entre papaíto e hijito. La farsa también puso a mal a Georges con la autoridad policial de su país, lo que pagaría caro pocos meses después.

Tragedia familiar

Un día de 1941 papá Girard se reunió con su primogénito en el castillo familiar para hablar. Se cree que la charla derivó en una fuerte discusión, y finalmente acabó en tragedia: el padre de Arnaud, su tía y una sirvienta (y puede que también el perro de la familia) fueron asesinados a golpes de tijeras de podar. Sólo sobrevivió Arnaud, y sin un rasguño. La policía consideró inconsistente el testimonio del superviviente, y la frialdad con que lo relató muy sospechosa. No había móvil para el asalto al castillo, ni signos de allanamiento (todas las puertas y ventanas estaban cerradas por dentro). Estas circunstancias, sumadas a la ojeriza de las autoridades hacia Arnaud por el asunto del secuestro fingido, llevaron a que este fuese encontrado provisionalmente culpable de los crímenes.

El futuro autor de El salario del miedo se pasó los siguientes 18 meses en la cárcel. Pasado ese tiempo, un amigo suyo, abogado de profesión, impugnó el proceso condenatorio. En un alegato muy breve, el letrado señaló una serie de irregularidades en la instrucción y acusó del triple asesinato al guarda del castillo (que además ejercía de jardinero). En consecuencia, un jurado popular absolvió a Arnaud de todas las inculpaciones.

El pueblo creyó sinceramente en la inocencia del joven, al que se consideró un preso político por su oposición al régimen pro-nazi. Sin embargo, un periodista y escritor de novelas de espías llamado Gérard de Villiers sembró de nuevo la duda al afirmar, un par de años después, que el propio Arnaud le había confesado ser el autor de los crímenes. El caso no volvió a abrirse judicialmente, pero la sombra del parricidio continuó sobrevolando al escritor el resto de su vida.

Hundimiento y superación

Al salir de prisión, Georges Arnaud se dedicó a dilapidar con furor la fortuna heredada de su padre. Y en 1947, totalmente arruinado, emigró a Venezuela. Durante su estancia en Iberoamérica ejerció distintos empleos, como buscador de oro, camarero, taxista y camionero.

Arnaud regresó a Europa en 1950 bastante enfermo de tuberculosis y más o menos igual de pobre que cuando se fue (de hecho, tuvo que viajar de polizón). Ese mismo año publicó El salario del miedo. Firmó el libro con el nombre de su padre, Georges, y el apellido de soltera de su madre, Arnaud. La novela fue un éxito y la adaptación al cine por parte de Clouzot llegó muy pronto, en 1953.

Durante las décadas siguientes Arnaud siguió escribiendo sobre la marginación y otros dramas sociales. Sin embargo, nunca pudo igualar los laureles que obtuvo con El salario del miedo. Asimismo, se dedicó con mucho ahínco al activismo político en favor de la independencia de Argelia, lo que le conllevó una nueva estancia en prisión. Cuando fue puesto en libertad vivió una temporada en ese país hasta que su mala salud tuberculosa lo obligó a regresar a Europa.

G. Arnaud murió en Barcelona en 1987, ciudad en la que permaneció durante sus últimos 10 años de vida.

Georges Arnaud, autor de El salario del miedo
Henri Girard, alias Georges Arnaud – Imagen de Emmanuel Girard obtenida de Wikipedia (CC BY-SA 4.0).

El salario del miedo – Diferencias entre la novela de Arnaud y la película de Clouzot

En esencia, la novela de Arnaud cuenta la misma historia que la película de Clouzot: cuatro expatriados que han ido a parar a un pueblucho miserable de Hispanoamérica son elegidos para transportar un peligroso cargamento de nitroglicerina. El viaje se realiza a bordo de dos camiones que tienen que viajar por caminos nada hospitalarios, agrestes y tortuosos. El miedo a que la nitroglicerina explote y la ausencia de solidaridad sobrevuelan toda la narración.

El salario del miedo es una novela fácil de leer; no llega a las 200 páginas y se divide en capítulos cortos. Si alguien se anima a echarle un ojo, pasará un rato entretenido.

El autor dedicó el libro a su padre con las palabras A mi viejo Georges (+1941). Cabe preguntarse si se trata de la dedicatoria cínica de un parricida a su padre asesinado, o una muestra de arrepentimiento. También es posible, por supuesto, que Arnaud no tuviera nada que ver con las tres muertes, como siempre aseguró.

Tras la dedicatoria paterna, nos encontramos con una declaración un tanto peculiar:

No busque el lector la exactitud geográfica, no es más que una añagaza: Guatemala, por ejemplo, no existe. Lo sé, he vivido allí.

Georges Arnaud.

¿Quiere decir el autor que no hay un estado que vele por los ciudadanos y que las pobres gentes están abandonadas a su suerte? Lo cierto es que la novela insinúa bien a las claras que la riqueza de los recursos del país, en forma de petróleo, sólo repercute en la empresa americana que lo extrae y en los gobernantes corruptos, que se llenan los bolsillos sin mirar a los de abajo.

El siguiente aserto de la novela señala que: El destino sabe lo que hace. Incluso es meticuloso… El destino se apropia del hombre ya en la cuna. Como veremos, Clouzot en su película abrazó esta idea y la subrayó con creces.

el salario del miedo
Wages Of Fear aka Le salaire de la peur Folder, por.
AKVH7 (Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 License).

Incendio en el pozo petrolífero

Lo primero que llama la atención del libro es que comienza con el incendio en el pozo petrolífero. Se nos cuenta que, en consecuencia, hay 13 muertos indígenas y 2 sobrevivientes. Ante esto, el capataz americano al mando de la extracción asesina a los 2 supervivientes del incendio para que sólo él pueda contar su versión del accidente. Este detalle no se recoge en el largometraje.

El retrato costumbrista

Existen diferencias reseñables entre el retrato costumbrista en la novela y en la película, diferencias que se decantan a favor de Clouzot, en mi opinión. Comparando el libro con el filme, uno se da cuenta de que Clouzot era un autor, de que el suyo era cine de autor. El director francés llevó el texto de Arnaud a su terreno, más fatalista y pesimista si cabe sobre la condición humana y el destino.

La previa antes del viaje, en la que se describe el ambiente en Las Piedras (nombre del poblacho en la novela), en el libro es menos rica en detalles y matices. Arnaud describe el microcosmos enrarecido en torno a la taberna El corsario negro de forma más general. En este sentido, la visión de Clouzot afina mucho más a la hora de retratar la atmósfera opresiva, sórdida y sucia tanto física como moralmente de este nido de expatriados y desposeídos.

Tenemos en la novela a una masa más bien informe de hombres desarrapados que abusan del alcohol y la marihuana y que caen fácilmente en la violencia física, verbal y moral, sin personificar estas circunstancias tanto como lo hace Clouzot en el filme.

La caracterización de los protagonistas es más detallada en la película

Hilando con lo anterior, el punto fuerte de El salario del miedo (la película) es el que tiene que ver con la caracterización de los personajes. Curiosamente, en la novela esta es un poco más confusa y desdibujada. No es que en el libro no exista esta caracterización, pero la película la recalca.

El cineasta francés cogió a esos cuatro hombres sin pasado y sin futuro de la novela y los llevó al extremo. El maltrato de Mario a Linda, por ejemplo, es más explícito en la película, lo que convierte a Mario en un tipejo aún más canallesco. A su vez, la amistad previa entre Mario y Luigi no está presente en la novela; es un añadido de Clouzot para retratar a un Mario interesado y traicionero.

Señalar, como cambio menor, que el Mario de la película en la novela se llama Gérard Sturmer.

El personaje de Jo en el texto se llama Johnny Mihalescu y no es francés, sino rumano. Y poco más sabemos de él, salvo que procede de los bajos fondos. Lo que añade Clouzot, muy acertadamente creo yo, es esa pose de hombre de éxito que adopta Jo cuando llega al pueblo. También su actitud tan exagerada de valiente bravucón, de perro rabioso. Haciendo esto, Clouzot consigue que el giro que da el personaje en la segunda parte de la película hacia un hombre congestionado por el miedo, de un patetismo máximo, sea más contrastante.

El salario del miedo
Luigi, Jo y Mario – El salario del miedo (G.-H. Clouzot, 1953).

Jo, Mario, Luigi y Bimba

Entre el Mario y el Jo de la novela (Gérard y Johnny) no se establece esa relación de colegueo que vemos en la primera mitad de la película de Clouzot. Por tanto, su vínculo no despierta los celos de Luigi. Y es que además los Luigi y Mario (Gérard) del libro tampoco tienen esa amistad previa a la llegada de Jo (Johnny) que vemos en el film, con lo que los celos no tienen cabida. Por el mismo motivo, en la novela tampoco hay lugar para el tenso enfrentamiento en la taberna a lo Salvaje Oeste entre Jo y Luigi.

Luigi en la novela tampoco es ese personaje tan claramente bondadoso y luminoso de la película, aunque algo de eso tiene. La enfermedad pulmonar que se le diagnostica (que lo obliga a dejar su empleo en la construcción para alistarse como conductor de uno de los camiones cargados de nitroglicerina) tampoco se menciona en el texto de Arnaud. Se trata de otro extra de Clouzot (y su hermano, también guionista) para enfatizar la idea de que el destino fatal está prefijado y no hay escapatoria posible.

El personaje de Bimba también presenta diferencias. En la novela no es holandés o alemán, sino que se llama Juan Bimba y es un dinamitero español, veterano de la Guerra Civil que luchó en el bando republicano.

Otro cambio se da en el personaje de Hans Smerloff, quien en la novela se queda de suplente y sabotea un camión para ganarse el puesto de titular, aunque sin consecuencias. En su película, Clouzot lo pone de titular para darnos a entender durante buena parte del metraje que Jo es posible que lo haya asesinado sin escrúpulos. No se da este juego de apariencias en el libro.

Jo, O´Brien, Luigi, Bimba y Mario – El salario del miedo (G.-H. Clouzot, 1953).

La road movie

La parte de El salario del miedo que es pura road movie, en la novela se centra sobre todo en el miedo a la carga explosiva y en cómo reaccionan a él los protagonistas. Jo (Johnny) cae enseguida en idéntico patetismo cobarde que en el película, a lo que Mario (Gérard) responde con intransigencia e insensibilidad. La ambición y el miedo no son compatibles con la amistad, ni siquiera con el compañerismo.

El miedo. Está ahí, sólido, presente y estúpido, no hay manera de escapar. Fuego en el culo, y no poder correr.

Georges Arnaud.

El periplo a bordo de los camiones es más corto en la novela: los peligros a los que se enfrentan sólo son los baches y charcos y la peligrosa carretera de uralita. Y, en el tramo final, el momento terrible del cráter inundado de petróleo, con atropellamiento incluido de Mario (Gérard) a Jo (Johnny).

Clouzot se sacó de la manga, por tanto, las dos secuencias más puramente de tensión cinematográfica: la inestable plataforma de madera y la gran roca en medio del camino que tienen que reventar valiéndose de la nitroglicerina.

El salario del miedo (G.-H. Clouzot, 1953).

El pueblo de los malditos

Hay un pasaje muy interesante en la novela que no fue incluido en la adaptación de Clouzot. Es el siguiente: en su trayecto, los dos camiones cruzan varios pueblos, cuyos habitantes mayoritariamente huyen a su paso por temor a la carga explosiva. En uno de esos pueblos se encuentran con que el alcalde y el cura les dan el alto y les suplican que tomen un desvío, asegurándoles que allí encontrarán una carretera recientemente asfaltada y por lo tanto más segura. Nuestros protagonistas se dejan convencer pero enseguida descubren que se trata de un engaño y el tal desvío es intransitable. De regreso al pueblo, averiguan que la jugarreta fue idea del cura y Juan Bimba, el español republicano, le da una paliza y termina matándolo a golpes.

La parada en el pueblo sirve también a Arnaud para poner en boca de los lugareños lo mucho que odian a los yanquis, a los que consideran unos chupasangres. Una frase de la novela deja claro la opinión de las gentes ante esta forma de neocolonialismo:

Los gringos abren escuelas para enseñar a nuestros hijos a leer sus periódicos, a obedecerles, a votar por ellos y a trabajar también para ellos.

Georges Arnaud.

Poco después llega el momento fatal para Luigi y Bimba. Curiosamente, su desgracia sucede exactamente igual en el libro que en la película: se ve un fogonazo de luz (más resplandeciente si cabe porque ocurre a plena noche), seguido de una ráfaga de viento, luego el sonido lejano de la explosión y la humareda resultante.

Jo – El salario del miedo (G.-H. Clouzot, 1953).

El salario del miedo – Final (SPOILER)

La película de Clouzot se ha criticado mucho por su final. Es considerado impostado, forzado, absurdo, exagerado o precipitado por muchos aficionados y aficionadas al cine. Hay quien ha llegado a decir que es «el peor final de la historia del cine». Surge entonces inevitablemente la curiosidad por saber si ese remate demoledor fue un volantazo ingeniado por Clouzot o si ya estaba presente en la obra original.

Lo cierto es que el triste destino de Mario (Gérard) es idéntico en el libro: consigue llegar con el cargamento de nitroglicerina al pozo petrolífero y se hace con la recompensa. Pero al emprender el regreso se apodera de él una sensación de invulnerabilidad, de que ha vencido a la muerte y ya nada puede afectarle. Esa sensación le lleva a confiarse demasiado y bajar la guardia a los mandos del camión, con fatales resultados. Lo que añade Clouzot es el elegante baile a ritmo de vals en paralelo entre Mario al volante y Linda en la taberna.

En la novela tampoco tenemos la aparición última del ticket de metro de Mario. Es la rúbrica final de Clouzot para subrayar su visión fatalista de la vida. Los protagonistas realmente no tenían elección. Mario estaba condenado a muerte desde el mismo momento en que decidió abandonar París.


FUENTES

OBRAS Y BLOG DEL ESCRITOR PABLO GARCÍA EN LA FANTÁSTICA WEB:

https://pagarcia.es/

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Autor del artículo

Pablingo

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