Mis cuadros favoritos. El Bar del Folies-Bergére de Eduard Manet (1832-1883)

El Bar del Folies-Bergére de E. Manet

Esta famosa obra tiene como escenario el famoso Café-Concierto Folies-Bergére, uno de aquellos lugares tan de moda a finales de siglo XIX, donde acudía todo tipo de gente a divertirse y, sobre todo, a observar y ser observado.

  La elaboración del cuadro es de una estructura aparentemente sencilla, en la que la vista y la ilusión se mantienen de forma permanente. La figura central es la camarera Suzon, que aparece  como ensimismada, ausente del gentío que la rodea. Sin embargo, si se observa la zona de la derecha, se ve lo que parece ser el reflejo de Suzan hablando con un cliente, Gastón Latouche, amigo del pintor. El resultado le da a este cuadro un aspecto tan enigmático como las ensoñaciones de la propia camarera. Manet coloca un acróbata para acentuar la sensación de ausencia de la chica.  Es llamativo la vertical que se produce en el centro de la figura de Suzon recorriendo la cara y el vestido, para que cada uno de sus lados resulte la simetría del otro. La platea que se refleja en el espejo forma una horizontal que divide el cuadro en dos. La barra del bar define otra línea horizontal. Suzon y los detalles que hay en la barra, botellas, flores, etc. actúan de elementos de unión entre las zonas del cuadro.

  Las bebidas son de lo más variadas. Manet  ha querido simbolizar tanto a las clases populares, como a las adineradas. El champán, bebida de la alta sociedad, contrasta con la cerveza inglesa marca “Bass”, perfectamente identificable por su triángulo rojo en la etiqueta.  En la clientela del café-concierto conviven los más adinerados caballeros -como Manet- con los trabajadores y prostitutas, en un ambiente de  alegre compañía. El autor aprovecha una de las etiquetas de las botellas para estampar su firma, concretamente la que está en el extremo izquierdo del cuadro.

  Otra cualidad que hay que destacar de Manet son sus negros. Es sabido que a este pintor le gustaba pintar grandes manchas de colores vivos y sensuales, pero también sentía pasión por el negro, en claro contraste con los impresionistas de la época que lo eliminaron de sus paletas.

  Por pura lógica, el reflejo de Suzon no debería aparecer en la posición que lo hace. De hecho su postura no coincide con la de la muchacha de mirada ausente. La camarera que refleja Manet conversa con un hombre que se supone se coloca en el plano del espectador. La imagen solo cobra sentido en el plano poético. Quizá se trate de la conversación que la muchacha mantuvo unos instantes antes y sobre la que ahora reflexiona, o quizá de la desearía tener con un hombre que la retire de su monótona vida.

  El mundo retratado por Manet en esta pintura es el mismo que aparece en las novelas de Emile Zola, buen amigo de Manet, que fué uno de los que llevaron su féretro junto con otro gran pintor impresionista, como Calude Monet

  El artista: Eduard Manet (1832- 1883): Manet nació en el seno de una familia de clase media- alta y en consecuencia no se vio obligado a vender sus cuadros para ganarse la vida. Fue el centro del ámbito impresionista y gran amigo de Monet y Renoir. Durante toda su carrera fue rechazado como pintor por la Academia que sólo aceptó al artista al final de sus días.

Ficha del cuadro: Eduard Manet: El Bar del Folies-Bergere; 1882; 96 X 130 cm.; óleo sobre lienzo; Courtauld institute Galleries, Londres.

Macue

Autor del artículo

Macue

Sus Últimos artículos

Artículos relacionados

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *