Del artículo original: “Recuerdo aquellos años donde pensaba que los videojuegos con mundos más grandes y con más actividades siempre eran, sin discusión, los mejores videojuegos a los que cualquier persona podría echar mano. Invertir cientos o miles de horas en un mismo título hasta dejarlo limpio era una obsesión de la que el Marcos de ventipocos años no podía — ni quería — desprenderse. Sin embargo, esa percepción ha dado un cambio de 180º con el paso de los años, valorando ahora mil veces más el hecho de poder jugar con calma a cualquier videojuego”. Imagen destacada por el artículo.

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