Bienvenidos al yermo. La alerta de la Ciencia ficción.

El yermo ha sido una figura de ambientación habitual en la Ciencia ficción en sus diversos formatos: las novelas (Un muchacho y su perro de Harlan Ellison), las películas (Mad Max) e incluso los videojuegos (Fallout) y que de nuevo demuestra la necesidad de mirar al género como modo de análisis político.

“Un muchacho y su perro” también tuvo adaptación al cine, anterior a Mad Max y con una estética muy parecida. Por cierto que aparece un jovencísimo Don Johnson en uno de sus primeros papeles. Extraída del blog “Universo de Ciencia ficción”
Pantallazo de una de las últimas versiones de Fallout. En Wallpaperflare.

El yermo es el lugar en el que se vive tras una catástrofe política (guerra por recursos), medioambiental (crisis ecológica) o una combinación de ambas. En la muy recomendable dupla en texto y cine “La carretera”, ni siquiera se explicita la causa que lleva a este entorno vital. Éste se basa en el retorno global a la mera lucha por una supervivencia difícil, marcada por la carestía de bienes básicos como agua o comida, así como al colapso de los gobiernos nacionales, más atentos a primar el cortoplacismo de ciertas élites económicas o grupos de presión consumistas, que al bienestar de sus ciudadanos. En ese sentido, la narración de anticipación basada en el yermo entronca bien con otro subgénero al que prestar atención: el Cyberpunk.

Blade Runner (1982) es la película Cyberpunk por excelencia, aunque en la novela de Philip K. Dick se profundiza en el yermo como espacio que lo ocupa todo entre las megaciudades. Esa estética es captada en la continuación de Villeneuve (Blade Runner 2049). En wallpaperflare.
“La carretera” es otra obra imprescindible, con una magnífica adaptación. En el blog “Universo de Ciencia ficción”.

Que nos dirigimos al yermo y que de nuevo la Ciencia ficción se convierte en narración costumbrista parece obvio. Los elementos nos rodean ya por doquier y el humor también sirve para desenmascararlos. En la cuenta paródica “Javier Lambano” se puede leer, acompañado de foto, lo siguiente:

Realmente, podría ser un letrero que apareciera en cualquiera de las sagas de Fallout: “aquí no se está de gratis, forastero, o te gastas unas chapas [las de Nuke Cola son la moneda estándar del juego] o te abrimos otro agujero”. Por cierto, obsérvese que en la letra “o” de la foto hay lo que parece un disparo. De nuevo la realidad supera la ficción.

El yermo es un lugar en el que también hay calorcito y habitualmente es representado como un desierto. Parece que nosotros estamos eligiendo la modalidad de llegar a él vía crisis climática. Otro hilo puede ser revelador:

Y con respecto a la crisis climática, vuelvo al cartel del área de servicio. En nuestro país no hace más que primarse el ocio en el que lo crucial es gastar dinero, a veces por cierto en entornos que no dan más de sí (como las pistas de esquí en un Pirineo con cada vez menos nieve). Las fuentes públicas son más bien escasas (a beber al bar), los carriles bici como comunicación entre localidades practicamente inexistentes (en Alemania es habitual encontrarlos junto a las carreteras nacionales), de modo que sigamos usando demasiado el coche. Por cierto, ¿han probado a usar la bici en combinación con el tren? Eso sí que es una odisea. Si Ulises hubiera tenido que volver de Troya compaginando tren-bici, Penélope aún estaría esperando, y no porque de vez en cuando hubiese tenido que subirse a un barco. Un revelador artículo de Paco Nadal señalaba lo siguiente:

La imposible misión de llevar tu bicicleta a bordo en un tren de Renfe

Lo que en buena parte de Europa es una obviedad, el fomento del tren y la bici de forma combinada como medios de viaje sostenibles, sigue siendo una pesadilla en España. Para Renfe, las bicis estorban

El Blog de Viajes. El País, 22 de enero de 2021. Artículo completo aquí.

Mientras tanto tenemos políticos que sin disimulo promocionan las corridas de toros, la caza (hay informes que hablan de todas las otras actividades rurales que esta penaliza) u olimpiadas de invierno en un entorno natural cada vez más degradado (mientras los gobernantes de un lado y otro nos pelean por una bandera, lo que quieren es beneficiar a sus propias élites).

Anda, más disparos. Noticia original aquí.

El derretimiento de los glaciares rompe récords, alerta la ONU. Ginebra (Suiza) (AFP) – Los glaciares del mundo se derritieron a una velocidad vertiginosa el año pasado, un fenómeno que parece imposible de detener, alertó el viernes la ONU.

Radio France Internationale. 21 de abril 2023. Noticia original aquí.

En fin, la conclusión de este humilde artículo es que de nuevo una de las grandes potencias de la Ciencia ficción es su lucidez política y que, ojito, los políticos que están son porque los elegimos, y los temas que nos preocupen de verdad serán los que les preocupen a ellos. Y no hace falta ninguna violencia, en la ética y en la práctica nada recomendable. Hace años, uno de los profesores de historia que me animó a estudiarla, me vino a decir: “¿te imaginas si nadie jugáramos a la lotería ni pidiéramos una sola hipoteca durante un tiempo? Los políticos nos darían como sociedad todo lo que quisiéramos”. Tal vez en nuestra mano esté el no llegar al yermo. Ya saben, píldora roja o píldora azul.

En el universo de Matrix también hay yermo. Y no se llega a él por culpa de las máquinas, si no del ser humano. Se explica en el capítulo de Animatrix “The Second Renaissance”.

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Autor del artículo

Víctor Deckard

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Comentarios

4 comentarios

  • Jan Smite dice:

    “El hombre que despertó en el futuro” (Laurence Manning, 𝟭𝟵𝟯𝟮). Ya en el primer capítulo, la gente del futuro llama a nuestra época “la Edad del Despilfarro”. Manning, un canadiense aficionado a la ciencia ficción, ya escribió sobre cómo nos conocerían nuestros descendientes. El protagonista le pregunta a un hombre del futuro sobre hechos relevantes de la Historia, para poder situarse temporalmente:

    “—De acuerdo. Retrocedamos otros quinientos años.

    — ¡El apogeo de la falsa civilización del Derroche! Los fósiles vegetales eran implacablemente quemados en hornos para suministrar calor. Se consumía el petróleo por millones de barriles. Se construían coches baratos de metal, que eran abandonados para que se oxidaran al cabo de pocos años de uso. Los hombres se apiñaban en mal ventiladas aldeas de un millón de habitantes… algunos historiadores aseguran que de varios millones. Fue la época de las luchas raciales, cuando países enteros convocaban al populacho, poniendo explosivos y venenos en sus manos para enviarlos a destruir otros países. ¿Tú dices provenir de ese período vergonzoso?

    —Es exactamente lo que solíamos hacer —respondió Winters—, aunque no lo llamábamos así.”

  • Kameh dice:

    Dice que nosotros elegimos a los políticos, ok, es cierto, pero si por ejemplo, de 4 partidos que se presentan, ninguno me convence, porque es la realidad, ninguno me convence, y no voto, pues mal, si voto a uno que más me convenza, aunque sepa que me está mintiendo, pues mal, entonces, me veo forzado a votar a uno de ellos, a sabiendas de que ninguno me convence, y a sabiendas de que no harán nada por los ciudadanos, porque todo lo que largan siempre es mentira. ¿Realmente los estamos eligiendo nosotros? Cuando estamos limitados a votar a los que se presentan, y ninguno de ellos nos convence, ¿que hacemos ahí? Si acaso tenemos la libertad de exigir que cambien todo, que esos 4 que se presentan lo dejen, y se formen nuevos partidos con nuevos políticos, con nuevas ideas que de verdad se vayan a llevar a cabo, ahí si votaría con firmeza, conocedor de que esos nuevos políticos van a cumplir, pero ¿Quién me asegura eso?, No es nuestra culpa elegir a x políticos, en este caso a regañadientes porque no hay ni uno que merezca la pena en lo más mínimo, si estamos limitados a la parrilla rancia de siempre, o nuevos pero que irradian el mismo aroma que los viejos, al final ¿de quién es la culpa? Pues del ego del ser humano cuando se ve en situación de poder, de esa ceguera y esa perdida de condición humana que adquieren las personas que se vuelven políticos, dejan de ser humanos, literal, y actúan como alimañas que solo piensan en aprovecharse de los ciudadanos, vivir a cuerpo de rey a costa de ellos, mentir y mentir como descarados, y para colmo eso va a ser nuestra culpa…
    Pues no, exigir una renovación integra de partidos, eliminar los existentes y formar nuevos, con gente verdaderamente comprometida con la realidad del mundo, bajo una ley que dicte que de no empezar a ver resultados en mínimo 10 meses o 1 año a lo sumo, pues a la calle con ellos, y a probar con otros, y no me vale la excusa de, es que las cosas llevan su tiempo, no, cuando se requiere algo con urgencia y es evidente la necesidad, las palabras bien dirigidas mueven montañas y países enteros, no es nuestra culpa elegir que grupo de payasos del circo dejar al cargo, quizá lo sea permitir que todo un país sea un circo.

    • Me parece muy interesante su reflexión, en gran medida porque plantea uno de los problemas ciertos de nuestros sistemas políticos: ¿cómo abordar una necesaria reforma de los partidos políticos? De hecho yo no sé muy bien a quien voy a votar en las próximas elecciones, porque efectivamente todos los partidos con representación tienen cosas que no me gustan. En ese sentido, el “nosotros elegimos a los políticos” lo planteo en un sentido amplio, y su comentario me permite desarrollarlo. No es solo a quién votamos, si no que a través de nuestras demandas y su manifestación pública, los políticos que podamos elegir las tengan en cuenta. Por ejemplo en Aragón se ha podido paralizar un proyecto destructivo para con el Pirineo (la unión de dos pistas de esquí a través de un valle virgen) gracias a que la gente se ha manifestado en contra de muchas maneras (en los medios de comunicación, concentraciones, etc). Por otro lado, creo que es hora de pedir cada vez más que los partidos políticos tengan un funcionamiento interno más democrático con listas abiertas, por ejemplo, para que los candidatos sean menos permeables a los grupos de presión económicos y más a quien se deben en realidad: a los ciudadanos.

      Y volviendo a la Ciencia ficción, aprovecho para recomendar a un autor que además es propositivo, sugiriendo medidas (economía que no sea a corto plazo y tenga en cuenta el medioambiente, múltiples instancias de control político, etc): Kim Stanley Robinson. Su trilogía de Marte (Marte rojo, Marte verde y Marte azul), en mi opinión es paradigmática al respecto.

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